(Liz Ruvalcaba)
El Nacionalismo en música se refiere al uso directo de la música folclórica, de melodías, ritmos y armonías inspirados por la misma. Incluye el uso del folclor como base conceptual, estética e ideológica de obras programáticas u óperas.
Es comúnmente relacionado al romanticismo musical de mediados del siglo XIX, y hasta mediados del XX, pero hay evidencias del Nacionalismo tanto a inicios como a finales del siglo XVIII. El término también es usado frecuentemente para describir la música del siglo XX de regiones no dominantes en la música, sobre todo de Latinoamérica, Norteamérica y Europa Oriental.
La música nacionalista en México tuvo en su período de mayor auge una connotación ideológica, política y social. El primer compositor nacionalista mexicano fue Manuel M. Ponce, seguido por otras figuras como Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, quienes desde el Conservatorio Nacional de Música destacaron como una generación de artistas estupendos. Están también José Pablo Moncayo, Blas Galindo, Daniel Ayala y Salvador Contreras, conocidos como el 'Grupo de los Cuatro'.
Me atrevo a dar una breve reseña de la obra y legado hacia la música mexicana, de dos compositores de este grupo: José Pablo Moncayo y Blas Galindo.
• José Pablo Moncayo García, que nace en Guadalajara, Jalisco, el 29 de junio de 1912 y muere en la Ciudad de México, el 16 de junio de 1958, fue pianista, percusionista, maestro de música, compositor y director de orquesta. Como compositor, Moncayo representa uno de los más importantes legados del nacionalismo mexicano en la música, junto a Silvestre Revueltas, Carlos Chávez y Julián Carrillo.Con su alta inspiración popular pero con un folclor de creación propia, la obra musical de Pablo Moncayo dejó un legado que si bien está permeada por todas las características de su tiempo, es una música atemporal y a veces sin país para volverse universal. En ella ya está presente su rico y sugestivo lenguaje personal, al que se le ha querido ubicar dentro de una especie de impresionismo nacionalista, por el uso depurado y como "desvanecido" de nuestros ritmos folclóricos, la fuerza rítmica, la inspiración melódica y sobre todo, el rotundo dominio de la orquestación.
Fue admitido en el Conservatorio Nacional en 1929. El 15 de agosto de 1941, en el Palacio de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica de México bajo la batuta de Carlos Chávez interpretó por primera vez ‘Huapango’, su obra más conocida, y nombrado como segundo Himno Nacional Mexicano.
Se dice que Carlos Chávez mandó a Moncayo a realizar una investigación a Veracruz. Junto con su amigo Blas Galindo, llegó al puerto de Alvarado para encontrarse con la fiesta del Fandango. Hay evidencia documental de que Moncayo hizo dibujos de los instrumentos, describió como un musicólogo en qué tonalidades estaban afinadas las cuerdas, plasmó de manera académica todo lo que vio, los materiales que oyó, se los llevó y comenzó a trabajarlos. Él no hizo arreglos de sones de Veracruz, sino inspirado en esos ritmos hizo una obra brillante, maestra.
En el caso de Moncayo, se trata de un compositor olvidado en México ya que a diferencia del ‘Huapango’, el resto de sus obras aunque son igualmente impresionantes, pocas veces se ejecutan en las orquestas y muchas de ellas jamás se han estrenado incluso. Es posible que si no existiera’ Huapango’, su obra estaría olvidada.
Este compositor tiene dos archivos, uno es el de Ediciones Mexicanas de Música, su editora y quien comercializa la obra, el otro archivo son manuscritos en posesión de su familia.
J. Pablo Moncayo es el autor de la obra más popular de todo el repertorio “clásico” mexicano pero, simultáneamente, el creador de una obra importante y representativa que permanece prácticamente desconocida, incluso para el público más especializado.
• Blas Galindo Dimas, nacido en San Gabriel, Jalisco, el 3 de febrero de 1910 y fallecido en la Ciudad de México, el 19 de abril de 1993, fue compositor, director de orquesta y profesor de música. Perteneció al “Grupo de los Cuatro" antes mencionado. Su familia era de origen wixárika, que habían adoptado la cultura europea. Ingresó a la escuela a los 9 años. Después de la Revolución en Jalisco se reinstala en 1928 en su pueblo. Ahí trabajó, estudió y organizó la banda municipal de música.
Comenzó sus estudios musicales en su natal San Gabriel antes de trasladarse a la Ciudad de México, para ingresar a los 21 años al Conservatorio Nacional de Música donde estudió con Carlos Chávez y se graduó doce años después con el grado más alto.
En 1941-42 asistió en Berkshire a un curso con Aaron Copland. En 1966 cofundó la Academia Mexicana de las Artes. Su obra, influída por la tradición musical mexicana, indígena y mestiza, incluye música para la escena sinfónica, coral y de cámara. Asimismo compuso numerosas obras para piano, muchas de ellas buenos ejemplos del repertorio atonal modernista latinoamericano.
Como director de orquesta se presentó en numerosos países de Europa y América, dando a conocer repertorio nuevo propio y de otros compositores mexicanos e hispanoamericanos. En 1964 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México.
Es autor de más de 200 obras, de las cuales muchas no se han tocado nunca. Se le reconoce como una de las influencias centrales del cambio que vivió la música de concierto mexicana, que a mediados del siglo XX pasó del Nacionalismo a formas más abiertas y experimentales para colocar al país en el plano internacional de la época. Por ejemplo destaca la incursión de Galindo en el dodecafonismo de manera nada ortodoxa, o la música electroacústica, así como combinaciones instrumentales que no eran acostumbradas a mediados de siglo XX, como su ‘Concierto para Guitarra Eléctrica y Orquesta’, con el cual se adelantó a las tendencias que imperaron en la escena musical mexicana en las décadas posteriores. Se le atribuye ser uno de los artífices de las nuevas rutas que siguió la música de concierto en el país, pues en su producción se encuentran desde obras muy elaboradas, que incluyen coros y diferentes dotaciones instrumentales, hasta combinaciones con características que no se habían dado en el país.
A partir de los años 40, Blas Galindo comenzó a crear una serie de obras marcadas por la innovación y la experimentación, así que considero oportuno recordarlo y destacar este tipo de aspectos, que sin afán de queja, espero que en el futuro tanto los interpretes como los investigadores musicales se acerquen a su producción musical.
Transitó por muchos caminos que en la composición de nuestro país en esa época no era frecuente encontrar; existen constantes interpretaciones de su obra, pero se dan de manera aislada.Es muy bueno recordar a los artistas en sus aniversarios, pero lo más importante es sostener una actitud de curiosidad respecto a su obra, como en el caso de Blas Galindo, de quien se conoce poco y se interpreta aún menos.
Si bien al inicio fue un compositor Nacionalista, su producción no se limitó a ese estilo pues sus obras, sin dejar de estar interesado en la cultura de nuestro país, abarcan muchos otros recursos, algo que tengo la impresión que por momentos ha sido un factor para que sus obras no se interpreten con frecuencia.